La nevera y las prioridades
Han visto cómo en una nevera o "refri" desordenada algunos recipientes podrían ocupar menos espacio si se acomodan mejor? Han notado cómo algunos elementos se encuentran en recipientes excesivamente grandes para su tamaño?
Pues bien, precisamente eso es lo que causa el desorden; cuando damos más espacio del necesario a ciertas cosas que por más buenas o útiles que nos parezcan, pueden que realmente pertenezcan a frascos más pequeños, o bien al basurero.
Pensemos un momento si en nuestra nevera de la vida hay recipientes estorbando con poco o nulo contenido, o frascos cuyo contenido ha ido perdiendo valor, o bien aquellos elementos a los que en su momento dimos un gran espacio, e importancia pero al día de hoy siguen ocupando ese mismo gran espacio sólo por el recipiente original en el que los incorporamos y no por su valor actual. Para todo esto , identifiquemos no sólo qué seguimos guardando, si no también cómo lo estamos haciendo.
Ordenemos esos frascos y sus contenidos, prioricemos lo realmente importante para ir haciendo espacio a cosas nuevas y para desechar lo que no aporta. Evaluemos esas áreas de mejora, identificando qué podemos cambiar para bien.
Adaptémonos a la forma en la que el tiempo cambia el valor de todo, ya que esto es fundamental para ir reacomodando nuestras prioridades de forma constante.
Entendamos qué es realmente importante conservar; decidamos a qué queremos darle espacio en nuestra vida y su nivel de prioridad. Mantengamos un orden, con cada elemento en su respectivo lugar; un orden no sólo de prioridad, también de tiempo y espacio.
Procuremos siempre no sólo conservar lo más importante, si no también buscar seguir agregando elementos que aporten valor, ocupando el espacio de aquellos que no. Claramente, dediquemos un espacio especial, único e irremplazable para lo más esencial, lo que nunca puede faltar en nuestra nevera personal: "El pan de cada día." Juan 6:35